Ser tutor de tesis es una responsabilidad que influye en la formación de futuros profesionales. A través de la tutoría, orientamos en lo académico y también desarrollamos habilidades críticas y el carácter profesional.
Recomendaciones: Escuchar antes de guiar: comprender la visión del estudiante permite un apoyo más personalizado. Establecer expectativas claras: desde el principio, es importante definir juntos los plazos, los objetivos y los pasos a seguir, lo cual evita malentendidos y ayuda a mantener el foco en los resultados esperados. Fomentar autonomía: ayudar a los estudiantes a formular preguntas fundamentales y resolver problemas de manera independiente. Crear un espacio seguro para la crítica: la retroalimentación debe ser respetuosa, centrada en las ideas, no en la persona. Inspirar confianza: el rol de tutor no solo es académico; también tiene un componente emocional. Los estudiantes deben sentir que cuentan con tu apoyo, que confías en sus capacidades y que están acompañados en cada paso del proceso. Esta confianza puede hacer una gran diferencia en el proceso y en su rendimiento.
Qué NO hacer como tutor: Imponer soluciones: guiar sin dar respuestas directas favorece el crecimiento. Ser impaciente: la tutoría requiere tiempo y paciencia. Hacer todo por ellos: el objetivo es empoderar a los estudiantes, no hacer el trabajo por ellos. Evitar resolver los problemas por ellos les ayudará a desarrollar confianza en sus propias habilidades.
Ser tutor de tesis es una oportunidad única. Al compartir nuestra experiencia y conocimientos, no solo ayudamos a que los estudiantes produzcan sus propias teorías, sino que también los preparamos para enfrentar los retos del mundo profesional con autonomía y confianza.
