Porque entender sus derechos también es parte de vivirlos.
- Derecho a la identidad. Un nombre, una nacionalidad, una historia que los reconozca.
- Derecho a la educación. Aprender abre caminos hacia la libertad y el futuro.
- Derecho a la protección. Ningún niño debería crecer con miedo o violencia.
- Derecho a la salud. Cuidados, vacunas y acompañamiento para un desarrollo pleno.
- Derecho a jugar y ser feliz. El juego no es un lujo, es parte esencial de la infancia.
- Derecho a ser escuchado. Su voz no es un adorno: importa y debe contar.
- Derecho a crecer en familia. Porque la pertenencia y el afecto son raíces de vida.
- Derecho a un entorno saludable. Un espacio libre de violencia, discriminación y abusos.
- Derecho a ser respetados. Cada opinión, cada gesto, cada sueño merece respeto.
Por una Justicia Humanizada
Reconocer y proteger estos derechos es responsabilidad de todos: familias, comunidades e instituciones.
