Rediseñar el sistema judicial, readecuar nuestras prácticas desde las necesidades reales de niñas, niños y adolescentes no es sólo una mejora técnica. Es una decisión.

La justicia con enfoque de derechos humanos no se improvisa: se piensa, se escucha, se transforma.

Te invito a reflexionar y compartir:

¿Qué otras propuestas sumarías para lograr una justicia realmente accesible para la infancia?