En un reciente fallo de nuestro Juzgado de Familia del Centro Judicial Monteros, resolvimos un caso que pone en el centro el derecho fundamental a la identidad de una niña, Joaquina (nombre ficticio).
La sentencia reconoció la filiación de la niña Joaquina A., estableciendo el vínculo paterno con pruebas genéticas concluyentes, pero rechazó el reclamo de daños extrapatrimoniales debido a la falta de pruebas suficientes sobre el conocimiento previo del progenitor acerca del embarazo y nacimiento de la niña.
El eje de nuestra decisión reside en dos principios fundamentales:
- La garantía al derecho de identidad en todas sus dimensiones. Este derecho, consagrado en la normativa nacional e internacional, asegura que cada niño y niña pueda conocer y ver reconocido su origen, un aspecto esencial para su desarrollo psicofísico.
- La responsabilidad civil y la pretensión resarcitoria: Rechazada al considerar que, para su procedencia, es determinante que el progenitor haya conocido o debido conocer del embarazo y nacimiento de su hijo/a.
Tal como lo expresamos en la sentencia:
«En este caso, la accionante no ha producido pruebas que acrediten fehacientemente que el Sr. L. tenía conocimiento del embarazo y posterior nacimiento de la niña Joaquina. En ausencia de este elemento subjetivo indispensable, no puede configurarse la responsabilidad civil ni el daño alegado. La mera sospecha o indicios aislados no resultan suficientes para establecer la reticencia injustificada necesaria para fundar el reclamo de daños y perjuicios.»
Este caso nos invita a reflexionar sobre el valor de la prueba como pilar fundamental del proceso judicial. No basta con alegar un daño: el éxito de cualquier reclamo depende de la capacidad para acreditar los hechos en los que se basa. La justicia no solo busca reconocer derechos, sino también establecer verdades con rigor y equidad.
Fuente: Juzgado de Familia y Sucesiones, 1º Nominación, Monteros – “JUICIO: A., M. c/ L., A. s/ FILIACION. EXPTE Nº 1347/21”, NRO. SENT: 58 – FECHA SENT: 25/11/2024
