En el primer encuentro del curso-taller, organizado por el Consejo de Escuelas Experimentales de la Universidad Nacional, abordamos nociones fundamentales sobre las distintas formas de violencia que atraviesan a la población estudiantil de los niveles primario y secundario, destacando el rol activo de las escuelas como entornos protectores.
A partir del marco normativo vigente —tanto nacional como internacional—, analizamos los deberes legales del sistema educativo y la responsabilidad de detectar señales de alerta desde el aula, así como la obligación de comunicar toda situación de vulneración de derechos, junto con las consecuencias que acarrea su incumplimiento. También compartimos datos estadísticos recientes que invitan a una reflexión profunda y a una acción decidida por parte del cuerpo docente.
Un informe reciente desde España —válido para cualquier comunidad educativa— señala que más del 40 % de los niños y adolescentes no se sienten valorados ni escuchados por los adultos en su vida cotidiana. Ese dato interpela.
¿Qué formas de violencia logramos identificar en nuestras aulas y cuáles, quizás, están ocurriendo sin que podamos verlas?
Desconocer también es una forma de desproteger.
Nadie debería tener miedo de ir a la escuela.
