¿En qué hemos avanzado y qué nos queda por hacer por los derechos de los niños?
En 1990, líderes mundiales se reunieron para la Cumbre Mundial en favor de la Infancia con el objetivo de priorizar la protección, la salud, la educación y el desarrollo de los niños en la agenda global.
Entre los puntos destacados figuran:
- La identificación de los problemas que afectaban a los niños a nivel mundial, como la pobreza, la guerra, la discriminación, la explotación y las enfermedades.
- Se destacó que, a pesar de los avances tecnológicos y los recursos disponibles, millones de niños continuaban sufriendo y muriendo cada día por causas prevenibles como la desnutrición y la falta de acceso a servicios básicos de salud.
- Se subrayó la importancia de la Convención sobre los Derechos del Niño como un marco para garantizar los derechos fundamentales de los niños en todo el mundo.
Compromisos asumidos por los países participantes:
- Los líderes se comprometieron a priorizar los derechos de los niños en sus políticas y a colaborar a nivel internacional para mejorar su bienestar.
- Se destacaron áreas clave como la salud infantil, la educación, la protección en situaciones de conflicto y la eliminación de prácticas de explotación como el trabajo infantil.
Desde entonces, hemos recorrido un largo camino, pero ¿hemos cumplido esas promesas?
Al reflexionar sobre los avances desde esa histórica Cumbre, podemos preguntarnos: ¿En qué hemos progresado? ¿Qué desafíos siguen presentes y qué compromisos faltan por afianzar?
Dos avances importantes:
Reducción de la mortalidad infantil: Desde 1990, la mortalidad infantil ha disminuido significativamente. Países de todo el mundo han logrado que millones de niños se beneficien de campañas de vacunación masiva, logrando casi erradicar enfermedades como la poliomielitis y el sarampión[1].
En 1990, alrededor de 12.6 millones de niños menores de cinco años morían cada año; para 2019, ese número se había reducido a 5.2 millones[2].
Acceso al agua potable: El acceso a agua potable ha mejorado enormemente, con una reducción del 33% en el número de personas sin acceso en 1990. Este avance ha sido clave para prevenir enfermedades transmitidas por el agua, mejorando la salud de millones de niños[3].
¿Qué nos queda por hacer en materia de derechos elementales?
A pesar de los logros, muchos de los compromisos adquiridos en 1990 aún no se han cumplido completamente, y nuevos desafíos han surgido. Por ejemplo:
Educación: Todavía hay más de 100 millones de niños sin acceso a la educación básica. Aunque se han hecho avances en la alfabetización infantil, las niñas y los niños en situación de vulnerabilidad continúan enfrentando barreras importantes para acceder a una educación de calidad[4].
Malnutrición: Más del 50% de las muertes de niños pequeños en el mundo están relacionadas con la malnutrición. A pesar de las mejoras en algunos países, la malnutrición sigue siendo un problema crítico en regiones como África subsahariana y Asia meridional[5].
Avances en el ámbito jurídico:
- Ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN): La Cumbre de 1990 promovió la rápida ratificación de la CDN, que hasta hoy sigue siendo el tratado de derechos humanos más ratificado en la historia. Este instrumento ha sido esencial para establecer estándares jurídicos vinculantes sobre el bienestar infantil en áreas como la educación, la protección frente a abusos y la provisión de servicios esenciales.
- Leyes nacionales de protección de la Niñez: Muchos países han reformado o introducido legislaciones que adaptan los principios de la CDN a sus marcos nacionales. Por ejemplo, la Ley de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en Argentina (Ley N° 26.061), promulgada en 2005, es una respuesta directa a estos compromisos.
- Mecanismos de rendición de cuentas: La creación de Defensorías del Niño en varios países y los informes periódicos que los Estados deben presentar al Comité de los Derechos del Niño de la ONU han fortalecido la supervisión y evaluación del cumplimiento de los derechos. Además, algunos sistemas judiciales han avanzado en la adaptación de sus procedimientos para garantizar que los niños puedan participar efectivamente en procesos judiciales que les afecten, respetando su autonomía progresiva y el derecho a ser oídos.
Desafíos persistentes en el ámbito jurídico:
Implementación desigual: A pesar de la ratificación de la CDN por la mayoría de los Estados, la implementación de sus principios sigue siendo desigual. En algunas regiones, los derechos reconocidos en el papel no se traducen completamente en la práctica debido a la falta de recursos, voluntad política o infraestructura jurídica adecuada. Este es el caso de países en conflicto o con sistemas judiciales debilitados, donde los niños aún sufren de explotación, violencia o falta de acceso a la justicia[6].
Protección en situaciones de conflicto armado: Aunque el Protocolo Facultativo de la CDN sobre la participación de los niños en conflictos armados fue un avance importante, todavía existen grandes brechas en la protección de los derechos de los niños en zonas de guerra. A pesar de los esfuerzos internacionales, miles de niños siguen siendo reclutados como soldados o desplazados por conflictos armados.
Justicia especializada: La creación de sistemas judiciales especializados para abordar cuestiones de derechos infantiles ha sido un desafío. Si bien algunos países han logrado avances en la creación de tribunales especializados en familia y niñez, en otros sigue habiendo una falta de formación especializada para los jueces y abogados, lo que dificulta la protección adecuada de los derechos de los menores en los procedimientos judiciales.
Conclusión:
Han pasado más de tres décadas desde que los líderes mundiales se comprometieron en la Cumbre de 1990 a garantizar un futuro mejor para los niños del mundo.
Aunque los logros han sido significativos, no debemos dejar de preguntarnos: ¿estamos haciendo lo suficiente?
[1] https://www.unicef.org/documents/world-summit-children
[2] https://www.unscn.org/web/archives_resources/html/resource_000420.html
[3] Idem
[4] https://press.un.org/en/1996/19961014.ga9130.html