Un reciente fallo de la Justicia nacional condenó a un boliche por discriminar a una mujer, justificándolo con que ella «no estaba en la lista» de invitados (Fuente: Diario Judicial)
Esto me lleva a reflexionar: ¿qué significa estar fuera o dentro de una «lista»?
No hablamos de un error burocrático, sino de un acto que deshumaniza, que impide el acceso, que niega pertenencia. Esa exclusión —aparentemente inofensiva— destruye el sentido de dignidad de la que todos somos titulares y que todos merecemos respeto.
Cuando una medida comercial, corporativa, o bien una actitud o decisión institucional —aunque informal o no documentada— condiciona nuestra participación social, estamos ante una forma sutil, pero profunda, de aislamiento y exclusión.
Mi propuesta es a que revisemos nuestras «listas» (reales y simbólicas): aquellas que excluyen sin entender el impacto que acarrean. No es casual ni menor: es un asunto de respeto.
