¿Cuántas veces supimos de despidos a causa de la maternidad? Varias. Existen leyes que protegen ese derecho.
Ahora bien, ¿y en el caso de los hombre? Hasta los días de licencia pueden ser inferiores. Las razones, variadas y según la legislación de cada país.
Pero, imaginémosnos un mundo donde cada padre que espera ansiosamente la llegada de su hijo pueda abrazar plenamente su rol sin temor a repercusiones laborales. Como si fueran cosas incompatibles.
Recientemente, un tribunal local nos ha acercado un paso más a la realidad de estos tiempos, al emitir un fallo moderno que no solo habla, sino que grita en favor de la igualdad y la justicia.
Un hombre, recién convertido en padre de gemelos, enfrentó el desafío no solo de la paternidad sino también de un despido injusto, simplemente por asumir la corresponsabilidad en el cuidado de sus hijos. Complejidades en las tareas del hogar, desórdenes con los tiempos laborales. Restricciones de sueño, tiempo, etc., al igual que las mujeres. Pedir permisos, lactancias (aunque tomen mamaderas), licencias..en fin.
Lo cierto es que el hombre fue despedido a causa de sus responsabilidades parentales. Lo bueno es que, este acto de discriminación no pasó desapercibido; la Sala I de la Cámara de Apelaciones del Trabajo de Tucumán (Argentina), en su decisión restableció a ese empleado no solo su posición sino también su derecho a ser padre sin penalización.
Este fallo no es solo una victoria para un hombre, sino un triunfo para todos los padres y, de hecho, para la sociedad en su conjunto. Al proteger el derecho de un padre a cuidar, la justicia no solo aplica la ley, sino que también redefine lo que significa ser padre en el siglo XXI.
Este caso subraya la visión de que la paternidad, lejos de ser una simple expectativa social, es un compromiso activo y emotivo que forma el tejido de nuestras vidas.
Celebro este tipo de intervenciones como un hito en el camino hacia una perspectiva de masculinidades responsables, donde cada padre tiene el espacio para diseñar un rol que refleja tanto su fuerza como su ternura.
Donde cada expresión de cuidado es un acto de valentía contra los estereotipos anticuados.
Restringir la posibilidad que los niños sean criados por sus padres, también vulnera los derechos de los más pequeños.
Es tiempo de repensar los sistemas legales en algunas latitudes.
La principal perspectiva que debemos tener es la de “humanidad”