¿Qué implica “tomar en serio” su participación? Tomar en serio la voz de la infancia requiere preparación institucional y sensibilidad humana. En la práctica, supone:
- Escucha preparada: explicar para qué sirve su participación, qué ocurrirá después y quién toma la decisión.
- Lenguaje vivo y accesible: palabras simples, ejemplos concretos; cuando la palabra no alcanza, habilitar el dibujo, el juego, los mapas simbólicos.
- Tiempo propio: pausas, encuentros breves, posibilidad de volver a hablar otro día.
- Espacios amables: luz, privacidad, objetos de calma. La infancia no debe transitar “puertas giratorias” de adultos.
- Silencio con sentido: callar también comunica. Registrar sin presionar es parte del respeto.
Escuchar no es obtener respuestas. Es crear condiciones.

Estrategias narrativas y simbólicas (simples y posibles)
Existen herramientas accesibles que facilitan la expresión sin forzar:
- La línea de emociones: una cuerda con tarjetas (alegría, miedo, enojo, calma) para ubicar cómo se sintieron antes, durante y después.
- Mapa de lugares seguros: una hoja con casa, escuela y plaza para marcar dónde se sienten mejor —y por qué—.
- Semáforo: verde (me gusta/quiero), amarillo (tengo dudas), rojo (no quiero). Muy útil para opciones de contacto o visitas.
- Historias incompletas: “Había una vez…” y dejar que continúen con dibujos; luego, traducir eso en claves procesales.
Estas estrategias no sustituyen el derecho, lo humanizan.

De la escucha a la decisión (sin trasladar la carga)
Un punto central:
▶ ser oídos no equivale a decidir.
La decisión es —y debe seguir siendo— del órgano competente. La participación orienta, ilumina y humaniza, pero no adultiza ni delega responsabilidades.
Para que esa escucha tenga sentido jurídico real, es fundamental:
- Trazabilidad: en la resolución, dejar constancia de qué dijeron, cómo lo dijeron (palabra, dibujo, silencio), qué peso tuvo y por qué.
- Devolución comprensible: comunicar el resultado con palabras acordes a su edad; cuando sea necesario, con apoyos visuales.
La infancia merece comprender, no solo ser escuchada.

Un micro-checklist para nuestra práctica cotidiana
Antes de cerrar una decisión, vale preguntarse:
· ✔¿Expliqué propósito y límites de la participación?
· ✔ ¿Habilité soportes no verbales?
· ✔¿Registré el silencio como dato relevante?
· ✔ ¿Ofrecí una devolución clara y cuidada?
No son formalidades: son garantías.
