Madrid fue escenario de un encuentro inolvidable: más de 700 personas de distintos países, comprometidas con una misma causa, nos reunimos en el 5º Congreso Mundial de Justicia con la Niñez, bajo el lema “Hacia una justicia centrada en la niñez”.
Tal como fuera indicado, la justicia centrada en la infancia es una justicia que cuida de los niños y las niñas, los considera dueños de derechos individuales y fomenta sistemas que garantizan el respeto y la aplicación efectiva de todos sus derechos y para todos los niños y niñas.
Desde ese horizonte compartido, nuestra charla se integró como una de las sesiones paralelas con vocación transformadora. Allí propusimos una pregunta tan sencilla como profunda: ¿qué significa, en la práctica, garantizar el debido proceso desde la mirada de un niño o una niña?
Hablamos de participación real, no decorativa. De lenguaje claro, no técnico. De garantías efectivas, no rituales vacíos.
Compartimos casos, experiencias, obstáculos y logros. Abrimos un espacio de escucha horizontal —una verdadera clínica de experiencias— donde no solo extrajimos buenas prácticas, sino que también nos atrevimos a decir qué no recomendamos replicar en otros países. Porque aprender también es revisar con honestidad lo que no funcionó.

Conclusión. La justicia centrada en la niñez no se mide en papeles:
- Se mide en vínculos restituidos,
- En tiempos procesales que no duelen,
- En decisiones que reparan y no revictimizan.
Se mide en adultos que actúan, no solo que opinan, cuando los derechos de un niño están en juego.
Tomar en serio los derechos del niño es dejar de ubicarlo en el centro del expediente, para finalmente ubicarlo en el centro del sistema.
Allí donde se decide, se escucha, se cuida y se transforma.
Un agradecimiento a Lorena Daza Farfán, María de los Angeles Espinoza Bayal, Dr. Gualberto Diaz Saez (MD, PhD) y Nicolás Espejo Yaksic por estos días tan maravillosos en Madrid.
