La figura del abogado del niño emerge como una respuesta a la necesidad de protección efectiva de los derechos del niño y las garantías judiciales en los procesos que involucran a personas menores de edad.

En este marco, se subraya la importancia del debido proceso desde una perspectiva de niñez, donde la estructura fundante reposa en el derecho a ser oído, la capacidad progresiva y la participación activa.

abogado del niño

La jurisprudencia regional e internacional ha reforzado el rol de este abogado para asegurar que la voz del niño sea un componente esencial en el proceso judicial, más allá de una formalidad. En el recorrido de fallos dictados por distintos tribunales argentinos, puede observarse avances que permiten la asistencia letrada y la participación autónoma de NNA, especialmente en función de su edad y madurez. Sin embargo, persisten desafíos, como la falta de uniformidad en las leyes provinciales y el acceso desigual a estos derechos, que pueden ser discriminatorios.

En conclusión, la figura del abogado del niño no solo es una garantía de asistencia técnica, sino un pilar de Justicia adaptada a la infancia, que invita a reflexionar sobre la responsabilidad del Estado de implementar medidas que respeten y promuevan estos derechos en todo el país, asegurando así un sistema de protección integral.