¿Sabías que, en algunas familias, los hijos de un mismo progenitor reciben una asignación alimentaria diferente según el matrimonio del que provienen?
Esta situación, aunque sorprendente, sigue ocurriendo y puede generar profundas desigualdades.
En el ámbito del derecho familiar, uno de los desafíos más significativos es garantizar que todos los hijos reciban un trato igualitario en cuanto a la asignación de alimentos, independientemente de si provienen de matrimonios o uniones convivenciales diferentes. Desafortunadamente, aún existen casos donde la manutención de los hijos se asigna de manera desigual, creando disparidades injustas entre hermanos.
Esta situación no solo afecta la estabilidad económica de los hijos menos favorecidos, sino que también puede generar sentimientos de injusticia y resentimiento entre ellos. Imaginemos crecer sabiendo que se te considera de menor valor que tus hermanos simplemente por las circunstancias del matrimonio de tus padres. Esta desigualdad no solo es perjudicial para los niños, sino que también va en contra de los principios de equidad y justicia que deben prevalecer en nuestra sociedad ⚖️.
Afortunadamente, la jurisprudencia reciente ha establecido precedentes importantes que reafirman el principio de igualdad entre hermanos. Estas decisiones judiciales aseguran que todos los hijos, sin importar el contexto de sus nacimientos, reciban el mismo nivel de apoyo económico, eliminando cualquier diferencia discriminatoria en la asignación de alimentos (Sala Primera de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Resistencia en expediente “J. J. P. c/ R. O. A. s/ Alimentos”).
Reflexión final: ¿No deberíamos, entonces, asegurar que todos los niños, sin importar su origen, crezcan sintiéndose igualmente valorados y protegidos?
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