El Juzgado Civil en Familia y Sucesiones de Monteros resolvió un caso único que aborda el derecho a la identidad, la filiación post mortem y el reconocimiento de la ancestralidad. La madre de Tomy, junto con su abuelo paterno, Kike, promovieron una acción para inscribir al niño como hijo de J.R. Ge., fallecido en 2020. Presentaron pruebas genéticas que confirmaron el parentesco y argumentaron la importancia de reconocer formalmente la relación entre Tomy y su abuelo, no solo desde el vínculo biológico, sino también desde la socioafectividad.
La jueza destacó el valor de la ancestralidad como derecho primordial, vinculando la identidad personal con la historia familiar y cultural. Este fallo incorpora una perspectiva innovadora que combina elementos legales, afectivos y culturales, utilizando como referencia la película Coco para resaltar la relevancia de los lazos familiares intergeneracionales.
Además, se garantizó la participación de Tomy en el proceso, cumpliendo con estándares internacionales de derechos humanos. Tomy expresó su deseo de llevar el apellido de su abuelo como un símbolo de pertenencia y herencia, lo que fue aprobado por el tribunal. Este caso no solo consolidó la identidad del niño, sino que también marcó un precedente al incluir la socioafectividad en el derecho filial.