El tribunal intervino en el caso de un niño nacido en 2018 mediante técnicas de reproducción humana asistida (TRHA), cuya madre atravesaba graves problemas de salud mental. Desde 2022, se registraron episodios de descompensación psiquiátrica, internaciones, incumplimiento de tratamientos y situaciones de riesgo para el niño, incluyendo un intento de ahorcamiento. Ante la falta de familiares idóneos, el menor fue institucionalizado en el Hogar “San Vicente de Paul” y luego incluido en un programa de familias recreativas.
Los informes interdisciplinarios destacaron la imposibilidad estructural de la madre de brindar cuidados adecuados, pese a su amor y deseo de maternidad. Se subrayó que la enfermedad mental no constituye una causal de exclusión moral, pero sí puede generar incapacidad persistente para ejercer la responsabilidad parental. Asimismo, se comprobó la ausencia de redes de apoyo familiar o comunitario que pudieran compensar las limitaciones de la progenitora.
El juez señaló la tensión entre proteger el vínculo biológico y garantizar el interés superior del niño. Reconoció que el amor materno no siempre se traduce en cuidados efectivos, y que el derecho del niño a crecer en un entorno estable no puede quedar supeditado a los tiempos inciertos de recuperación de su madre.
En consecuencia, se declaró al niño en estado de adoptabilidad (art. 607 CCCN), privando a la madre de la responsabilidad parental, y se dispuso la apertura del proceso de guarda con fines de adopción. La sentencia incluyó un mensaje dirigido tanto al niño como a la madre, reconociendo el amor inicial y el dolor de la decisión, pero priorizando la necesidad de garantizar un proyecto de vida en condiciones seguras.
El fallo también exhortó al Estado a diseñar políticas públicas de salud mental más integrales y sostenidas, y pidió regulación provincial sobre la inscripción de nacimientos mediante TRHA, para resguardar el derecho a la identidad.